Después del punk: Destruir todo y empezar de nuevo
Se publica en español el estudio del crítico musical británico Simon Reynolds sobre esta revolución sonora.
Grupos como PiL, Talking Heads, Joy Division, Devo, Bauhaus y Siouxsie and The Banshees superaron el "No future" de Sex Pistols.
La historia del punk termina con las palabras de Johnny Rotten al final del último concierto de los Sex Pistols, después de una sola canción -una versión del 'No Fun' de Stooges- en el Winterland Ballroom de San Francisco, el 14 de enero de 1978. Aquella 'estafa' duró poco menos de dos años y si bien su balance en lo estético y social había sido trascendental, con su filosofía de "destruye", lo musical no había sido tan subversivo:los tres grupos que formaron el 'canon' del movimiento (Ramones, Sex Pistols y The Clash) se limitaron a revitalizar el rock primigenio de los 50 por oposición a la sofisticación y el preciosismo sinfónico de mediados de los 70. Eso es lo que defiende el escritor y crítico musical Simon Reynolds (Londres, 1963) en su libro 'Postpunk. Romper todo y empezar de nuevo', que ahora publica en castellano la editorial argentina Caja Negra y que recupera la innovación que trajeron nombres como PiL, Talking Heads, Joy Division, Devo, B-52's y Siouxsie and The Banshees.
Cultura popular asociada a la música rock.
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