BERTOLT BRETCH
Alemania
Hablen otros de su vergüenza.
Yo hablo de la mía.
¡Oh Alemania, pálida madre!
Entre los pueblos te sientas
cubierta de lodo.
Entre los pueblos marcados por la infamia
tú sobresales.
El más pobre de tus hijos
yace muerto.
Cuando mayor era su hambre
tus otros hijos
alzaron la mano contra él.
Todos lo saben.
Con sus manos alzadas,
alzadas contra el hermano,
ante ti desfilan altivos
riéndose en tu cara.
Todos lo saben.
En tu casa
la mentira se grita.
Y a la verdad la tienes amordazada.
¿Acaso no es así?
¿Por qué te ensalzan los opresores?
¿Por qué te acusan los oprimidos?
Los explotados
te señalan con el dedo, pero
los explotadores alaban el sistema
inventado en tu casa.
Y, sin embargo, todos te ven
esconder el borde de tu vestido, ensangrentado
con la sangre del mejor
de tus hijos.
Los discursos que salen de tu casa producen risa.
Pero aquel que se encuentra contigo, echa mano del cuchillo
como si hubiera encontrado a un bandido.
¡Oh Alemania, pálida madre!
¿Qué han hecho tus hijos de ti
para que, entre todos los pueblos,
provoques la risa o el espanto?
(1933)”
Hablen otros de su vergüenza.
Yo hablo de la mía.
¡Oh Alemania, pálida madre!
Entre los pueblos te sientas
cubierta de lodo.
Entre los pueblos marcados por la infamia
tú sobresales.
El más pobre de tus hijos
yace muerto.
Cuando mayor era su hambre
tus otros hijos
alzaron la mano contra él.
Todos lo saben.
Con sus manos alzadas,
alzadas contra el hermano,
ante ti desfilan altivos
riéndose en tu cara.
Todos lo saben.
En tu casa
la mentira se grita.
Y a la verdad la tienes amordazada.
¿Acaso no es así?
¿Por qué te ensalzan los opresores?
¿Por qué te acusan los oprimidos?
Los explotados
te señalan con el dedo, pero
los explotadores alaban el sistema
inventado en tu casa.
Y, sin embargo, todos te ven
esconder el borde de tu vestido, ensangrentado
con la sangre del mejor
de tus hijos.
Los discursos que salen de tu casa producen risa.
Pero aquel que se encuentra contigo, echa mano del cuchillo
como si hubiera encontrado a un bandido.
¡Oh Alemania, pálida madre!
¿Qué han hecho tus hijos de ti
para que, entre todos los pueblos,
provoques la risa o el espanto?
(1933)”
Fue un dramaturgo y poeta alemán , uno de los más influyentes del siglo XX, creador del teatro épico, también llamado teatro dialéctico.
Eugen Berthold Friedrich Brecht nació el 10 de febrero de 1898 en el seno de una familia burguesa de Augsburgo, ciudad de Baviera. Su padre, católico, era un acomodado gerente de una pequeña fábrica de papel, y su madre, protestante, era hija de un funcionario.
El joven Brecht era un rebelde que jugaba al ajedrez y tocaba el laúd. Se sentía atraído por lo distinto, lo extravagante, y se empeñaba en vivir al margen de las normas de su tiempo, de su recato y su sentido de disciplina.
En la escuela destacó por su precocidad intelectual y terminó el bachillerato especial (Notabitur), al verse involucrado en un escándalo. Inicialmente influido por la euforia de la guerra, Brecht la criticó con el ensayo sobre el poeta Horacio (65 a. C.–8 a. C.) «Dulce et decorum est pro patria mori» («Dulce y honorable es morir por la patria»), en el que se considera honorable morir por la patria y que Brecht considera como «propaganda dirigida» en la que sólo los «tontos» caen. Por ello fue castigado con la expulsión de la escuela. Sólo la intervención de su padre y el profesor de religión le evitaron el cumplimiento del castigo.
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